El gobierno embosca a acusado

Hubo un artículo sobre la comparecencia inicial del famoso jugador de baseball, Roger Clemons, ante un juez federal debido a cargos de mentir y obstruir la justicia. Primero que todo, ello ciertamente muestra qué tan seriamente los americanos toman el perjurio. Mentir es fatal para un acusado que trata de ganarse la confianza de los fiscales e investigadores de EE.UU.

Lo que me impresionó fue la descripción del artículo del famoso lanzador riéndose a carcajadas con sus cuatro abogados en la cafetería del juzgado. Ese muchacho entiende las cosas bien, me dije yo. El tiene cuatro abogados luchando en contra del gobierno más rico y poderoso del mundo, y si uno quiere ganar su caso, y quiere hacerlo seriamente, esa es la forma de hacerlo.

Por más insignificante que sea un caso, el gobierno estadounidense siempre empieza con un equipo de investigadores, al cual eventualmente se suma un fiscal y después un segundo o hasta un tercer fiscal cuando el caso está a punto de irse a juicio. Se sirven citaciones judiciales, se entrevistan testigos, y se llenan reportes. Todo esto es hecho por un equipo del gobierno trabajando en turnos por todo el país o hasta internacionalmente. En todos los casos, hasta los más menores, hay por lo menos dos fiscales en juicio en los tribunales federales, un agente del caso que se sienta con el fiscal y usualmente un aprendiz/estudiante de derecho dispuesto a hacer lo que sea que el equipo pida. Adicionalmente, hay más agentes disponibles a ayudar a medida que el caso procede.

Por otro lado, los acusados que cuentan con recursos de millones de dólares contratan a un abogado para defenderse de esta embestida. No es completamente la culpa de los acusados. La forma en que funciona el proceso criminal Federal (o Estatal) es algo nuevo para ellos. Los abogados defensores también son culpables en la misma medida, cotizando honorarios para cubrirse ellos mismos sin pensar en el apoyo que necesitarán para montar una defensa sólida. Esto quiere decir que los abogados defensores tendrán que hacer todo el trabajo ellos mismos o contratar a otros abogados por sumas bajas ya que inicialmente no se aseguraron de proveer recursos para personal de apoyo. El hecho de que los abogados defensores operan en un mercando altamente competitivo complica aún más la situación; ellos deben tratar con acusados que siempre tratan de negociar el honorario. Cualquiera que sea la razón, el resultado es un solo abogado defensor contra un ejército pequeño de oficiales del gobierno.

Pienso que deberían haber por lo menos dos abogados defensores representando al acusado en juicio. Uno sirve de actor, usando su instinto y talento, mientras que el otro juzga la actuación y estudia la reacción del jurado a lo que está siendo dicho, notando lo que funciona y lo que no funciona. Los dos después deliberan entre ellos después de cada “ronda” (testimonio de testigos).

Ahora bien, usted ciertamente no necesita una batería de abogados e investigadores si usted no irá a juicio, y no todos los acusados pueden pagar una batería de abogados e investigadores. Pero si usted quiere derrotar al gobierno de los Estados Unidos, más le vale venirse bien armado.

David Zapp

Hubo un artículo sobre la comparecencia inicial del famoso jugador de baseball, Roger Clemons, ante un juez federal debido a cargos de mentir y obstruir la justicia. Primero que todo, ello ciertamente muestra qué tan seriamente los americanos toman el perjurio. Mentir es fatal para un acusado que trata de ganarse la confianza de los fiscales e investigadores de EE.UU.

Lo que me impresionó fue la descripción del artículo del famoso lanzador riéndose a carcajadas con sus cuatro abogados en la cafetería del juzgado. Ese muchacho entiende las cosas bien, me dije yo. El tiene cuatro abogados luchando en contra del gobierno más rico y poderoso del mundo, y si uno quiere ganar su caso, y quiere hacerlo seriamente, esa es la forma de hacerlo.

Por más insignificante que sea un caso, el gobierno estadounidense siempre empieza con un equipo de investigadores, al cual eventualmente se suma un fiscal y después un segundo o hasta un tercer fiscal cuando el caso está a punto de irse a juicio. Se sirven citaciones judiciales, se entrevistan testigos, y se llenan reportes. Todo esto es hecho por un equipo del gobierno trabajando en turnos por todo el país o hasta internacionalmente. En todos los casos, hasta los más menores, hay por lo menos dos fiscales en juicio en los tribunales federales, un agente del caso que se sienta con el fiscal y usualmente un aprendiz/estudiante de derecho dispuesto a hacer lo que sea que el equipo pida. Adicionalmente, hay más agentes disponibles a ayudar a medida que el caso procede.

Por otro lado, los acusados que cuentan con recursos de millones de dólares contratan a un abogado para defenderse de esta embestida. No es completamente la culpa de los acusados. La forma en que funciona el proceso criminal Federal (o Estatal) es algo nuevo para ellos. Los abogados defensores también son culpables en la misma medida, cotizando honorarios para cubrirse ellos mismos sin pensar en el apoyo que necesitarán para montar una defensa sólida. Esto quiere decir que los abogados defensores tendrán que hacer todo el trabajo ellos mismos o contratar a otros abogados por sumas bajas ya que inicialmente no se aseguraron de proveer recursos para personal de apoyo. El hecho de que los abogados defensores operan en un mercando altamente competitivo complica aún más la situación; ellos deben tratar con acusados que siempre tratan de negociar el honorario. Cualquiera que sea la razón, el resultado es un solo abogado defensor contra un ejército pequeño de oficiales del gobierno.

Pienso que deberían haber por lo menos dos abogados defensores representando al acusado en juicio. Uno sirve de actor, usando su instinto y talento, mientras que el otro juzga la actuación y estudia la reacción del jurado a lo que está siendo dicho, notando lo que funciona y lo que no funciona. Los dos después deliberan entre ellos después de cada “ronda” (testimonio de testigos).

Ahora bien, usted ciertamente no necesita una batería de abogados e investigadores si usted no irá a juicio, y no todos los acusados pueden pagar una batería de abogados e investigadores. Pero si usted quiere derrotar al gobierno de los Estados Unidos, más le vale venirse bien armado.

David Zapp

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