El Esquema Piramidal “Ponzi”

Por David Zapp

Hubo un tiempo en el que los abogados aconsejaban a los clientes después de que ellos supieran cuales eran las pruebas en su contra. Ahora algunos abogados y “amigos” de los clientes simplemente les aconsejan que se rindan, se declaren culpables, y cooperen antes de ver las pruebas. Algunos de estos clientes ni siquiera tienen cargos en su contra pendientes. Ellos tienen que declararse culpable a documentos acusatorios, cargos informales presentados por el fiscal, porque ningún cargo fue presentado por un gran jurado.

Estos abogados y amigos tienen motivos para hacer lo que hacen, pero básicamente se trata de dinero. A veces, sin embargo, lo hacen por una razón más altruista; un amigo o familiar que está en la cárcel y necesita “crédito” otorgado por traer un nuevo acusado, quien a su vez frecuentemente desconoce la doble intención en juego.

Algunas situaciones se asemejan a un esquema Ponzi: una persona usa la cooperación de otra para obtener crédito, y después esa persona usa la cooperación de otra persona hasta que una “víctima” del esquema se queja o se queda en la olla porque él no tiene a nadie contra quien testificar y todo el esquema implosiona. Usualmente, es el mismo abogado o amigo que está en cargo del caso tras bambalinas para que el esquema funcione. El hecho que un acusado nunca sabe es que nadie es acusado formalmente solamente con base en la palabra de un narcotraficante convicto, ¿pero por qué decírselo al futuro acusado? No serviría para nada.

Ahora bien, no hay nada de malo con que un narcotraficante trate de negociar su salida de un problema, pero él necesita determinar si él en realidad tiene un problema. Él tiene que conversar con un abogado independiente, preferiblemente del distrito en el que el caso está abierto, quien funcionaría más como un asesor que como un partidario de la entrega.

Un acusado que piense entregarse debería saber qué esperar antes de entregarse, porque después de que él se entregue, él se encuentra a la merced de un gobierno estadounidense desinteresado y un sistema correccional aún más desinteresado. Un acusado que se entregue, con la propia orientación, puede esperar que las cosas mejoren, no que empeoren.

Con algunas oficinas de Fiscales de los Estados Unidos, un acusado puede negociar una condena. Pero esta no está garantizada, porque nadie puede comprometer a un juez federal, aunque bajo una cierta provisión de las Reglas Federales de Sentencia, la Regla 11, un acusado puede retirar su declaración de culpable si el juez no acepta imponerle la condena acordada. Aunque es bastante raro que un juez no imponga la condena acordada a no ser que dicha condena sea patentemente irrazonable.

En aquellas jurisdicciones en las que un fiscal no negociará una condena particular, el conocimiento del abogado sobre el juez será lo más útil. Por eso es que el contratar a un abogado con experiencia en el distrito en el que el caso está pendiente es tan valioso. Él sabe como funcionan las cosas allá.

Para darle un ejemplo de lo que puede salir mal, un abogado de fuera del distrito le dijo a un cliente que él podía conseguirle una condena favorable porque él había “persuadido” al fiscal a que no insistiera en una condena específica. La idea era dejar que el juez decidiera con base en los mejores argumentos de ambas partes. El fiscal había “aflojado,” según el abogado, pero en realidad no lo había hecho. El juez era y sigue siendo uno de los más severos del país, y nunca favorecería un argumento del abogado defensor en vez de uno del fiscal. El fiscal le vendió al abogado “hielo en el Polo Norte” precisamente porque el abogado de fuera del distrito no sabía como funcionaban las cosas allá.

Dos observaciones más: Primero, los fiscales de EE.UU. no son sus amigos. Ellos tienen un trabajo para hacer. Ellos están en busca de entregas incondicionales y solo cuando no tienen otra opción, ellos harán concesiones. Fidel Castro dijo proféticamente una vez, “la única cosa que los Estados Unidos acepta es que usted se venda. Los Estados Unidos no acepta nada diferente a la entrega. Es todo o nada.”

Dos, sepa que los abogados defensores no son amigos personales de los fiscales. Ellos no socializan juntos. Ellos no se sientan juntos, ni comen juntos. Ellos no hacen nada juntos. La gente que diga lo contrario simplemente está tratando de impresionar a acusados que crecieron en una cultura en la que las conexiones personales importan.

 

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