Acuerdos de Cooperación

Un acuerdo de cooperación es como un contrato de arrendamiento en la ciudad de Nueva York. No se lee. Uno simplemente lo firma y acepta pagar la renta por un determinado tiempo. Si las cosas no funcionan es porque alguien no cumplió con su parte del trato: el propietario no hizo mantenimiento a su propiedad, o los arrendatarios no pagaron su renta.

Los acuerdos de cooperación funcionan de la misma manera. No requieren revisión porque todos dicen lo mismo. Los acusados firman y al hacerlo aceptan cooperar con el gobierno. La negociación entre las partes es muy poca, si es que la hay. El gobierno decide si le interesa la cooperación de un acusado y el acusado decide si quiere o no quiere cooperar. Si el acuerdo no funciona es porque el acusado no cooperó o porque el fiscal de manera injustificada se rehusó a presentar una carta 5K (recomendación de cooperación). Si usted quiere examinar en detalle la letra menuda, bien pueda, dese el gusto, pero nada o casi nada va a cambiar.

Es importante recalcar que los acuerdos de cooperación son solo tan buenos como las partes que los firman. Si la defensa y el fiscal difieren en asuntos que deben ser decididos por un juez, lo más probable es que el fiscal prevalezca. Lo único que el fiscal tiene que hacer es argumentar que existe una razón de buena fe para negar una carta de recomendación para que el acusado pierda. Por este motivo, usted debe analizar si puede confiar en el fiscal y en los agentes antes de entrar en un acuerdo de cooperación. Warren Buffett, un famoso inversionista de Estados Unidos, lo dijo tal como era: “Usted no puede hacer un buen trato con una mala persona.” Usted les colabora y ellos le cumplen. El resto es lenguaje estandarizado en documentos legales.

Esta uniformidad aplica a todos los acuerdos entre fiscales y acusados e incluye acuerdos de oferta de pruebas y acuerdos de culpabilidad. Existe muy poca latitud para negociar.

← Volver a artículos | /Volver al principio

Comments are closed.