Conspiración de drogas – “Conocimiento”

En USA v. Jaime Enrique Romero-Padilla, el Tribunal de Apelaciones del 2° Circuito adoptó el dictamen del Tribunal de Apelaciones del Distrito de Columbia según el cual una ofensa bajo el Título 21 del Código de los Estados Unidos (U.S.C.) § 959(a) requiere prueba de conocimiento actual cuando el gobierno no pruebe intención. La ley provee que “es ilegal para cualquier persona manufacturar o distribuir una sustancia controlada … (2) sabiendo que dicha sustancia o químico será ilegalmente importado a los Estados Unidos.” “Como el Circuito del D.C. postuló, ‘bajo sus términos, esta provisión requiere prueba de conocimiento actual, no constructivo.’ ” United States v. Chan Chun-Yin, 958 F.2d 440, 443 (D.C. Cir. 1992); véase también United States v. Martinez, 476 F.3d 961, 968 (D.C. Cir. 2007).

Sin embargo, basado en la prueba presentada durante el juicio, el Segundo Circuito mantuvo que el jurado pudo haber deducido, fuera de duda razonable, que Romero-Padilla contaba con conocimiento de que los narcóticos en cuestión estaban destinados a los Estados Unidos.

“En particular, [la Corte] nota que Romero-Padilla:

(1) como oficial de la Policía Nacional de Colombia, él fue informado de que cargamentos grandes de narcóticos originados en Colombia son frecuentemente transportados de Colombia a México y típicamente no permanecen en México porque su valor es considerablemente mayor en los Estados Unidos;

(2) discutió con Ferro, el presunto co-conspirador, la posibilidad de importar narcóticos a los Estados Unidos a través de México;

(3) comentó a Ferro que el co-acusado Leonidas Molina-Triana, quien orquestó la conspiración acusada, frecuentemente importaba drogas a los Estados Unidos;

(4) expresó a varios de los presuntos co-conspiradores su preocupación de que la Agencia Federal Antinarcóticos (DEA) pudiera estar investigando sus actividades; y

(5) en más de una ocasión él manipuló moneda de EE.UU. como parte de la conspiración acusada.”

Con todo el debido respeto al Tribunal de Apelaciones, esa conclusión refleja una falta de conocimiento, ya sea porque evidencia contradictoria no fue introducida o porque el Gobierno consideró “innecesario” educar al jurado más de lo requerido para obtener una convicción.

El hecho de que el acusado supiera debido a su entrenamiento previo que “cargamentos grandes de narcóticos originados en Colombia frecuentemente son transportados hasta México y que narcóticos transportados de Colombia a México típicamente no permanecen en México porque su valor es considerablemente mayor en los Estados Unidos” asume que todas las drogas que salen de México son transportadas a los Estados Unidos. Esto no es verdad Drogas transportadas a México también se despachan a otros países del mundo, particularmente en Europa y Asia, “porque su valor es considerablemente mayor.”

Lo que la Corte, y presumiblemente el jurado, no sabía, es que las drogas trasportadas a México frecuentemente son vendidas localmente a narcotraficantes mexicanos, quienes tienen su propia clientela, gran parte de la cual está en Europa y Asia. Para el traficante colombiano o guatemalteco, la transacción termina en México y el preguntar la destinación final de las drogas es peligroso e invita sospecha. Por años, mexicanos han ido buscando otros mercados precisamente porque el riesgo asociado con la exportación a los Estados Unidos es alto.

Recientemente, un traficante guatemalteco que cooperaba con el gobierno declaró inocentemente que le dijeron que podía vender drogas en México a bajo precio o en Estados Unidos a una ganancia mayor pero corriendo un mayor riesgo. El escogió la opción menos riesgosa y vendió sus drogas en México. Al escoger esta opción, el coacusado no tendría idea de donde terminarían sus drogas.

Un reporte 6 de la DEA (un reporte de investigación escrito por la DEA) pertinente a un caso diferente afirmó: “[Un informante] declaró que una cantidad enorme de narcóticos está siendo transportada a África. Cuando se le preguntó al [informante] donde en África, él o ella no pudo recordar el país inmediatamente y después dijo Ghana. [El informante] también dijo que creía que los narcóticos estaban siendo transportados a Europa.” Fuentes confidenciales le han estado diciendo esto por años a agentes de la DEA, el ICE y el FBI por años. Es conocimiento general.

En el caso de Romero-Padilla, la corte también señaló el hecho de que “[el acusado] le expresó su preocupación a varios presuntos co-conspiradores de que la DEA pudiera estar investigando sus actividades,” sugiriendo, supongo, que si él estaba preocupado por el envolvimiento de la DEA, era porque sabía que las drogas estaban destinadas a los Estados Unidos. Sin embargo, la DEA investiga a organizaciones narcotraficantes aún después de descubrir que las drogas no están destinadas a los Estados Unidos. El pensar de otra manera es absurdo. La misión de la DEA es simple–acabar con el tráfico de drogas.

La Corte también notó, “En más de una ocasión [Romero-Padilla] manipuló moneda estadounidense como parte de la conspiración alegada.” La moneda estadounidense es usada por gente alrededor del mundo debido a la estabilidad del dólar americano. Es globalmente preferido tanto por grandes corporaciones, así como por traficantes de drogas.

De aquí aprendemos dos lecciones. Primero, si un acusado va a avanzar el argumento de que no todas las drogas transportadas a México son importadas a los Estados Unidos, el acusado debe hacerlo agresiva y deliberadamente. La prueba es fácil de obtener. La mayoría de países asiáticos y europeos realiza estudios constantemente para evaluar su problema con las drogas. Italia recientemente notó una vasta concentración de un derivado de la cocaína en partes de su suministro de agua. Hasta las Naciones Unidas publica investigaciones sobre el tema.

La segunda lección es más sutil. Se debe notar que un jurado unánime de doce personas y una corte de tres jueces, para un total de quince personas, estuvieron de acuerdo que las pruebas descritas anteriormente eran suficientes para declarar culpable al acusado. La multitud frecuentemente está en lo correcto. En el libro “La sabiduría de las multitudes: Por qué la mayoría es más astuta que la minoría,”; el autor argumentó que las decisiones hechas por un grupo son frecuentemente mejores que aquellas que cualquier miembro individual del grupo pudiera hacer. El libro presenta numerosos estudios de casos y anécdotas para ilustrar su argumento. La anécdota introductoria relata una historia sobre una multitud en una feria del condado que calculó correctamente el peso de un buey. Cuando el promedio de todas las conjeturas individuales fue calculado, dicho promedio se aproximó más al peso del buey descuartizado que la mayoría de los estimados individuales de miembros de la multitud, así como de los estimados de individuos expertos en ganado.

Así que si quince personas piensan que las pruebas descritas arriba son suficientes, usted necesita considerar eso cuidadosamente al decidir si va o no a juicio. Es mucho más que probable que otras quince personas pensaran de la misma forma. Puede que estén equivocadas, pero eso es poca consolación si usted va a pasar veinte años en prisión.

Sin embargo, continuo creyendo que en este caso, con estas cuestiones, si tan solo el jurado hubiese sido educado acerca de la naturaleza del narcotráfico en México, ellos no hubieran llegado a la misma conclusión y Romero-Padilla habría ganado.

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