El problema del narcotraficante a gran escala

Algunos presuntos narcotraficantes a gran escala (LSDT – Large Scale Drug Trafficker) tras las rejas piensan que si confiesan todo lo que saben y lo que hicieron, les ofrecerán un buen acuerdo de culpabilidad. Esto no es verdad. Si la información que un LSDT ofrece no es beneficiosa para el gobierno, éste no le ofrecerá un buen trato. Es así de simple.

Entonces, la idea de proceder al juicio no es tan irrazonable si el LSDT no tiene nada que ofrecer. Algunos narcotraficantes se declaran culpables con esperanza de que en algún momento en el futuro ellos puedan cooperar y posiblemente obtener una reducción de su sentencia. Esta proposición es muy riesgosa porque después de que un caso se cierra, el gobierno no tiene incentivo para ofrecerle a un acusado la oportunidad de cooperar, y el acusado no tiene el derecho constitucional de cooperar.

Es muy curioso que los paramilitares buscados en Estados Unidos continúen cooperando tanto en Colombia como en Estados Unidos sin obtener ninguna concesión antes de hacerlo. No es muy consolador que prometan solo 8 años en Colombia por cooperar, para recibir 30 años después en Estados Unidos. Un juez federal podría fácilmente descontar la cooperación de un acusado en Colombia (por medio de Justicia y Paz) como irrelevante, y sentenciar a un LSDT a tiempo sustancial.

Cuando los paramilitares fueron súbitamente levantados de sus camas, puestos en aviones y traídos a Estados Unidos, el asunto más urgente e importante para ellos debió haber sido devolverse a Colombia y rehusarse a cooperar hasta que fueran devueltos o consiguieran otras concesiones. Uno de los paramilitares recientemente escribió una carta urgiendo su regreso. Demasiado tarde. En Colombia los paramilitares son figuras públicas de la política, pero en Estados Unidos ellos simplemente son narcotraficantes a gran escala.

Así que por qué renunciar a sus derechos si usted va a ser atacado de todas maneras? Quedar a merced de la corte no le sirve de nada al LSDT. Los negocios son los negocios: si usted no tiene nada que ofrecer, ir a juicio puede ser la mejor alternativa.

La situación no es irremediable. En los últimos años, los fiscales en el Distrito del Sur de Nueva York han tratado cuatro veces de lograr la convicción del hijo de uno de los mafiosos más famosos del siglo. El fue acusado de asesinato, entre otras cosas. Cada vez que iba a juicio, el jurado no lograba llegar a un veredicto y era retirado. La defensa del acusado era que él había resignado de la mafia hace más de cinco años atrás y la ley de prescripción ya había expirado. Algunos miembros del jurado creyeron ese argumento y como resultado, el jurado no pudo declararlo culpable.

La sustancia del caso en su contra era el testimonio de un informante con su propio pasado judicial a cuestas. Aunque se trata de la mafia: hablamos de asesinato, y aún así el jurado no lo declaró culpable. Los jurados son justos.

Me apresuro a añadir que los conspiradores de bajo nivel deben continuar dando a conocer sus delitos. Esto puede hacer una diferencia. Le da al fiscal y a los agentes una oportunidad de conocer mejor a un acusado de bajo nivel y puede tener un efecto muy positivo, no solo con respecto a la sentencia, sino también el tipo de acuerdo de culpabilidad ofrecido. El fiscal y los agentes encargados del caso tienen la tendencia de demonizar a quienes investigan. Pero cuando llegan a conocer a los acusados, su opinión de ellos usualmente mejora.

Si usted es Umar Farouk Abdulmutallab, el ciudadano nigeriano acusado de tratar de explotar una aeronave transcontinental sobre Detroit el Día de Navidad, créalo o no, usted está en buenas condiciones. Abdulmutallab tiene ventaja, y bastante. El puede proveer los nombres, las ubicaciones y los teléfonos de gente en la que Estados Unidos está muy interesado. Y aparentemente el proceso ya ha comenzado. El vocero de la Casa Blanca, Robert Gibbs ha dicho que el Sr. Abdulmutallab ha proveído “inteligencia usable y práctica.” Un oficial de seguridad dijo que el Sr. Abdulmutallab explicó quien le dio la bomba, donde la recibió y donde entrenó para usarla, entre otras cosas.

Eventualmente, el Sr. Abdulmutallab paró de hablar y pidió un abogado, lo cual fue astuto. Usted tiene que recibir para dar, y el consejero de contraterrorismo del Sr. Obama ha dicho que la administración “espera” que el contrapeso de un acuerdo de culpabilidad estimule al Sr. Abdulmutallab a proveer cualquier otra información que pueda tener. Este acusado, quien quería matar a trescientas personas en un avión, dejando a sus familias consternadas y afectadas para siempre, puede obtener un buen acuerdo de culpabilidad. Es puro negocio.

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