Roman Polanski

Roman Polanski es un director de cine famoso y admirado, responsable por películas tales como Chinatown, El Bebé de Rosemary y más recientemente, El Pianista, la cual ganó tres Oscares. No obstante, en 1977, el drogó y tuvo relaciones sexuales con una niña de 13 años y fue arrestado por ello. El accedió a un acuerdo de culpabilidad, pero temiendo que lo condenaran a pasar tiempo tras las rejas, huyó a Francia. Polanski es un ciudadano francés naturalizado y su patria adoptiva no extradita a sus ciudadanos. Así que por los últimos 30 años él ha estado viviendo allá como fugitivo de la justicia estadounidense.

Recientemente, Polanski hizo planes de viajar a Suiza a aceptar un premio honorífico a toda su carrera. Anticipando dicho viaje, las autoridades americanas le solicitaron a Suiza que detuviera a Polanski. Ellos lo detuvieron. Al enterarse de su arresto, celebridades de la industria del cine tales como Woody Allen, Martin Scorsese, la diseñadora Diane von Furstenberg, y muchos otros más protestaron y urgieron que el caso de Polanski fuera eliminado. Francia ha solicitado que Polanski sea liberado bajo fianza o arresto domiciliario.

Es increíble cuan ignorante es la gente con respecto al estado de derecho, y cuanto lo menosprecia. El estado de derecho es como un corazón latiente. Se toma por descontado mientras se está con salud. Pero si llega a cambiar de ritmo, uno se da cuenta. Y cuando empieza a deteriorarse, los efectos se sienten rápidamente. ¿Entonces cómo puede cualquiera pensar, luego de escuchar que Roman Polanski fue arrestado, que su caso ha de ser simplemente ser eliminado? La supremacía del derecho es el corazón de una sociedad civilizada y su importancia no puede ser disminuida.

Para que CUALQUIER cosa suceda, incluyendo la eliminación del caso, Polanski debe comparecer ante la corte, o, como decimos los abogados, someterse a la jurisdicción, “someterse” siendo la palabra clave. Los abogados de Polanski tomaron conciencia de esto el año pasado cuando se fueron a la corte a presentar solicitudes de descartar la declaración de culpabilidad y de dar por terminado el caso. Polanski estaba en Francia en ese tiempo. El juez de la Corte Superior de Los Angeles que escuchó las solicitudes de los abogados de Polanski les dijo que aunque sus argumentos fueron convincentes, no consideraría las solicitudes hasta que el fugitivo, Polanski, regresara y compareciera ante la corte. El estado de derecho no opera como Hollywood, donde Polanski puede mandar “su” gente a que hable con la “otra” gente.

Puede que los famosos obtengan sus deseos, pero no antes de que Polanski pise suelo californiano. Puede ser que el juez imponga una condena leve o hasta anule la convicción, pero solo el juez tiene el poder de tomar esa decisión, no Hollywood.

Este caso representa un buen ejemplo de cómo la justicia y la ley son dos conceptos diferentes y muchos acusados podrían tomar nota de esto. El Departamento de Justicia de Estados Unidos debería ser llamado el Departamento de Leyes. Aunque el concepto de justicia de una persona difiera bastante del concepto de otra, la ley es la ley. Se trata de la predecibilidad de las decisiones judiciales, no de justicia.

Polanski no será liberado de la prisión suiza y no debería oponerse a la extradición. Entre más tiempo continúen luchando sus abogados una lucha que no pueden ganar, más tiempo él permanecerá en una prisión en Suiza. Polanski debería consentir a la extradición y disponer de su caso aquí en Estados Unidos. Al final de cuentas, todo le podría salir bien.

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