Algunas noticias importantes de David Zapp y Johanna Zapp

Tomado del diario New York Times:

“La gente que comete crímenes violentos no son la causa de la expansión masiva de la población carcelaria. La mayor parte del crecimiento se debe a aquellos que cometen delitos de drogas y terminan cumpliendo condenas absurdamente duras que no reflejan la seriedad de su ofensa. ‘Las condenas mínimas mandatorias deberían ser reducidas o eliminadas por completo,’ dijo el Presidente Obama. ‘Los jueces deberían tener más discreción para formular condenas y utilizar alternativas a la prisión’.

“Tras varios esfuerzos inútiles de reforma, un nuevo proyecto de ley ambicioso llamado el SAFE Justice Act eliminaría las condenas mínimas mandatorias para muchos delitos de drogas de bajo nivel y crearía programas educativos y de otra naturaleza. Bill Clinton, quien firmó la ley en 1994 que contribuyó significativamente al crecimiento acelerado del sistema de prisiones de los Estados Unidos, dijo, ‘firmé un proyecto de ley que empeoró el problema. Y quiero admitirlo’.”

Comentario: Pues bien, nosotros decimos que es un poco demasiado tarde. Demasiado tarde para aquellos que ya han cumplido sus condenas y demasiado tarde para aquellos que ya casi han cumplido la totalidad de sus condenas. El escritor Ta-Nehisi Coates recientemente citó la porción que habla del “arco moral” del discurso del Dr. Martin Luther King, la cual dice: “el arco del universo moral es largo, pero se dobla hacia la justicia.” Pero como dijo Coates, éste no se alcanzó a doblar para los esclavos que murieron como esclavos y los presos que murieron como presos.

Y como usted verá, los cambios propuestos serán menores de lo esperado, como la reducción de dos puntos insoportablemente gradual para ofensores de drogas que todos pensaron resultaría en una liberación masiva de presos. Eso nunca sucedió. Muy poca gente fue liberada, y aquellos que eran elegibles inmediatamente no salieron de inmediato porque la enmienda decía que nadie podría salir ¡hasta un año después de que la enmienda fuera adoptada! Así que el “arco” no se dobló para aquellos prisioneros tampoco. Como la poeta Maya Angelou dijo: “Las cosas nunca son tan buenas (ni tan malas, gracias a di-s) como usted piensa.” Y si estas leyes no son retroactivas, serán una farsa. Un error debe ser reconocido y todo aquel que haya sido afectado por el error debe recibir alivio.

El ambiente ha cambiado. Admito eso. Hasta podría valer la pena ir a juicio ahora, con un caso que lo amerite, por supuesto, sin temer las consecuencias. Pero antes de que todos decidan irse a juicio, usted debe averiguar si usted es: a) elegible para la disposición de salvaguarda (casos de droga), y b) si usted tiene el juez “adecuado.” Pero las actitudes han cambiado, así que es totalmente posible que usted pueda obtener aun mejores resultados después de un juicio. Explico por qué lo digo: La elegibilidad para la “disposición de salvaguarda” no es solo para acusados que no vayan a juicio. Esta aplica a todos antes de la imposición de la condena. La “disposición de salvaguarda” es decidida durante la “imposición de la condena,” ver 18 USC 3553(f). Y la calificación para la disposición de salvaguarda puede salir mucho más convincente y dramáticamente en un juicio. Cuando usted se declara culpable, su condena es influenciada por las observaciones frías de su abogado defensor, su fiscal, y un juez que nunca ha visto las pruebas en su contra y que estará inclinado a favorecer al fiscal, quien el juez asume presenta una versión más correcta del rol del acusado. En resumen, un juicio puede ser un mejor “informe previo a la condena” (PSI en sus siglas en inglés) que uno preparado por un oficial de probatoria. En un juicio usted puede llamar testigos. Usted puede atacar vigorosamente la credibilidad de testigos del gobierno que siempre lo pintarán lo peor que puedan. Una declaración de culpable no permite la complejidad. Un juicio sí la permite—con cada tic en la cara de un testigo, con cada respuesta inesperada; los juicios van más allá de la culpabilidad o la inocencia. Recuerde eso.

Por David Zapp y Johanna Zapp

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